
La fuente de Nuestra Señora de Bardaos es una fuente milagrosa.
Según una historia que nos cuentan vecinos y vecinas del lugar, a finales de la década de los 70 hubo una sequía muy grande fruto de muchos meses sin llover. Las cosechas se daban por perdidas, lo que auguraba año de penuria y hambre, un año difícil para la mayoría de las familias.
Por aquel entonces el cura de la parroquia era D. Wenceslao, ya fallecido, quien ante la preocupación por tan grave sequía, decidió llamar a vecinos y vecinas para llevar a la Santa en procesión hasta la Fuente de Nuestra Señora, al pie del río Mordón. Convencido el vecindario por la rogativa organizada por el bienquerido cura, se fueron todos y todas en procesión a la búsqueda de la intercesión divina. Llegados al lugar D. Wenceslao le lavó la cara a la Santa con el agua de la fuente, mientras invocaba ayuda para finalizar con la aquella sequía.
De regreso a la iglesia y en medio del camino, de repente empezaron a caer unas goteras que a medida que iban andando, con más fuerza batían en el suelo, ocasionando que habían tenido que apurar el paso para que la Santa no se mojara! Pues sí, produciéndose el milagro, empezó a llover!
Y mientras llovía y llovía, vecinos y vecinas de Bardaos mirando al cielo le rezaban nuestra Señora con devoción, en agradecimiento por aquella agua que necesitaban